Trasmediterránea “se vende”

Hace tiempo que no arriban a puerto los buques blancos con lista azul y verde de la Compañía Trasmediterránea con la bandera “CM” en la popa. Casi cien años después de que el Estado constituyera a esta naviera insignia del mar español, escuela de navegantes y casa durante muchos meses de embarque de algunos de nosotros, llega el momento de volver a cambiar de color.

A principios de siglo, cuando el Gobierno privatizó algunas de las empresas públicas para hacer más competitivos a sectores estratégicos, Trasmediterránea pasó a manos privadas. Entonces nacía Acciona, un conglomerado de más de treinta empresas dirigidas por uno de los grandes constructores españoles, José María Entrecanales. La naviera pública cambió de armador y se vistió de rojo.

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Trasmediterránea fue siempre un caramelo con mal sabor de boca. La distinción “pública” de la empresa hacía que año tras año los números rojos estuvieran presentes en las cuentas. Bajo la dirección de Acciona la cosa no fue diferente. Aunque se realizó una gran remodelación empresarial y de la flota, con venta de buques antiguos y la incorporación de grandes naves (Superfast Baleares y Superfast José María Entrecanales), la Compañía seguía arrastrando pérdidas.

Pocos años después de la adquisición de Trasmediterránea por Acciona ya se hablaba de venta de la naviera. Un rumor que recuerdan los que comenzaron de alumno en “Trasme” y han acabado jubilados como capitán o jefe de máquinas. Ahora parece que es la definitiva. Acciona ha colgado el cartel de “Se vende” en Trasmediterránea y ha puesto el final del presente como fecha tope para deshacerse del negocio.

En cifras, Trasmediterránea cuenta en la actualidad con 18 buques en propiedad y 8 fletados. Algunos ya navegan por otros mares y otros han pasado al desguace. Durante 2013 la compañía transportó a 2,63 millones de pasajeros, un 5,6% más que el año anterior; más de 630 000 vehículos, sumando casi 6 millones de metros lineales de carga (6% más que en 2012). Sin embargo las cifras no cuadran. Aunque la naviera experimentó un crecimiento del 1%, alcanzando los 185 millones de euros brutos, el saldo negativo superó los 5 millones de euros, demostrándose su falta de rentabilidad.

Tras la puesta en venta de Trasmediterránea se anunció que la naviera podría pasar a ser gestionada por fondos de inversión; desgranarse en pequeñas empresas afines a determinados servicios (Estrecho, Canarias, Baleares…) o pasar a manos de una naviera española. Finalmente parece que es la última opción la que se llevará a cabo, al menos en parte.

Baleària, la compañía naviera dirigida por Adolfo Utor, le ha echado el ojo a “Trasme” y está buscando fondos de inversión para hacerse con la tajada de Acciona que opera en Baleares. Parece que el propósito es monopolizar el transporte de pasajeros y carga entre la península y las islas. Ninguna de las empresas se ha pronunciado oficialmente al respecto. Sin embargo, fuentes próximas a ambas entidades aseguran que el acuerdo podría firmarse en cuestión de semanas. Así Acciona conseguirá dedicarse al negocio de las renovables dejando atrás su naviera y Baleària copará el transporte marítimo, incrementando su vocación de naviera, frente a las pretensiones armadoras de los constructores.

Sea como fuere, parece que pronto dejaremos de navegar con la bandera de Trasmediterránea. Si bien, qué más da el barco, mientras sea el mismo mar.

Villa de Madrid. Compañía Trasmediterránea.

*Imagen obra de El ilustrador de barcos.

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