La forma tradicional de protección de la tripulación de un velero contra la caída de rayos era el uso del mástil como para-rayos, conduciendo la energía eléctrica de forma segura a tierra. Actualmente existen en el mercado dispositivos denominados “disipadores de rayos”, comercializados para prevenir posibles daños causados por tormentas, con amplio debate sobre la efectividad de su funcionamiento.
Describiremos a continuación ciertos conocimientos de seguridad ante la caída de rayos y algunas recomendaciones sobre dónde ubicarnos en nuestro barco en días de tormentas eléctricas.
La importancia de la puesta a tierra.
Un rayo tiende a fluir por rutas de mínima resistencia para igualar los puntos de máxima densidad de carga. El tope del palo, con ó sin conductor de rayos, es probablemente uno de esos puntos.
Una mala puesta de tierra del palo aumenta la probabilidad de daños, debido al deterioro del camino de baja resistencia por el que debe fluir la corriente eléctrica del rayo.
En ese caso, el rayo trata de encontrar otra ruta alternativa. Si en esa ruta se encuentra a algún miembro de la tripulación apoyado en un stay u obenque, ó simplemente estando próximo a ellos, puede provocar un accidente mortal.
En el caso de que en esa búsqueda de ruta de escape, se encuentre una plancha de arraigo de la jarcia firme o en otra ubicación, puede provocar un agujero en casco ó cubierta, ó dañar la resina y fibra, por el calor disipado.
Zona protegida.
En términos eléctricos, se habla de zona protegida a aquella zona en la superficie que se encuentra dentro de la cobertura de protección que genera un para-rayos.
En el caso de veleros, esa zona es un círculo de radio igual a la altura del mástil con origen en la base del palo. Por lo que todos los puntos de la cubierta se encuentran dentro de la zona protegida.
En cambio, en el caso de embarcaciones de motor, necesitarían elevar el para-rayos a puntos de altura máxima sobre la cabina, e incluso en ese caso, no todos los puntos de la cubierta estarían en la zona protegida definida igualmente con el radio igual a la altura. En caso de tormenta, los tripulantes deberían evitar las zonas más alejadas de proa.
Rutas paralelas.
La zona protegida no es axiomática, los conductores usados en los para-rayos tienen una resistencia ó impedancia interna propia del conductor, que no favorece que el rayo elija el “camino primario” diseñado a tierra y busque “rutas paralelas”.
En el caso de los veleros, la jarcia firme ofrece una buena “ruta paralela”. La proporción de rayo que fluya a través del camino primario y ruta paralela, dependerá de la impedancia del para-rayos y el diámetro de stays y obenques.
En estas rutas paralelas, los caminos del rayo son impredecibles, debido a que, tras la caída de un rayo, los stays y obenques pueden tener una tensión de … ¡¡ decenas de miles de voltios!!.
Pueden por ejemplo saltar atravesando un tripulante que se encuentre entre la jarcia firme y algún punto de puesta a tierra del barco, como la rueda del timón. Se denominan “destellos marginales”.
Recomendaciones.
Debido a que la zona protegida no es un concepto absoluto y al riesgo de destellos marginales, la mejor recomendación para la ubicación de la tripulación durante una tormenta eléctrica es mantenerse fuera del agua, y en la medida de lo posible dentro de la zona cubierta del barco.
Si la tripulación permanece en cubierta, no deberían colgarse con brazos y piernas por la borda y deberían evitar tocar cualquier objeto metálico salvo que dispongan de guantes de seguridad de aislamiento.
De especial importancia es evitar tocar DOS elementos metálicos A LA VEZ, como la rueda del timón y el backstay, porque en el caso de caída de un rayo, estos dos elementos pueden estar a distinto potencial, fomentando el paso de la corriente a través del cuerpo del tripulante implicado…
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