Rockfishing: qué, cómo y dónde

Modalidades de pesca deportiva hay para todos los gustos. Pero hoy queremos fijarnos en una modalidad que ha llegado con fuerza desde Japón. Se trata de una técnica de pesca conocida como Rockfishing, consistente en pescar pequeñas piezas depredadoras que habitan zonas de rocas. Una técnica que aporta mucho como deporte y entretenimiento y que está sumando muchos adeptos.

¿qué es el rokcfishing?

Qué tiene de diferente el Rockfishing

El Rockfishing es una técnica de pesca ligera. En realidad se puede decir que es una evolución de la lanzada pesada o la pesca de playa, Surf Casting. Aunque también se parece mucho al Spinning ultraligero. El objetivo del Rockfishing es capturar pequeñas piezas neríticas que habitan en fondos rocosos, desembocaduras, acantilados y espigones portuarios.
Como pesca deportiva que es en el Rockfishing hay una máxima: capturar y soltar. Puesto que el equipo y los anzuelos usados están destinados a peces pequeños y es muy usual capturar inmaduros. En esta modalidad de pesca no se trata de llenar el cesto, sino de disfrutar detectando las sutiles picadas de las pequeñas piezas que procuramos.

Qué se puede pescar

Los peces neríticos que habitan las zonas próximas a la ribera, especialmente entre las piedras, son nuestras presas potenciales. Las capturas más habituales las constituyen serranos, gobios y vacas, aunque también puede caer algún sargo. Dependiendo de si escogemos una zona de acantilado, un tranquilo espigón o una bahía, las capturas pueden variar. Jureles, dentones, obladas, serviolas, lubinas y algunas especies pelágicas se convierten entonces en los visitantes de nuestros anzuelos.

Dónde se practica el Rockfishing

El propio nombre de esta modalidad hace mención a las rocas. Pero el abanico de posibilidades se extiende a varios parajes que podemos considerar para apostar nuestra caña.
Los acantilados son lugares idóneos para pescar lubinas, palometones y sargos. Son zonas abruptas con gran oxigenación por el movimiento del agua y por tanto ricas en nutrientes, lo que favorece la proliferación de muchas especies.
Los puertos y sus espigones también son lugares idóneos. No obstante, las dársenas suelen ser territorios vedados a la pesca. Pero hay casos en los que es posible capturar algunas especies, que buscan la tranquilidad de estas aguas para desarrollarse. Los espigones, dados sus recovecos y similitud con la roca, también son lugares óptimos para tentar a la suerte.

Equipo de pesca de Rockfishing

La mayoría de los que hoy día practican el Rockfishing utilizaron sus propios equipos, adaptándose a las circunstancias. La afición a esta entretenida modalidad de pesca hace que posteriormente se adquieran equipos más específicos. No obstante, un equipo truchero de 10 o 15 gramos está muy bien para comenzar a hacer los primeros lances.
El Rockfishing requiere que la caña, el carrete y los señuelos estén adaptados a la mínima expresión. De forma que sea más sencillo apreciar las sutiles picadas de los pequeños peces que son nuestras presas potenciales.
Una caña óptima debe medir entre dos y dos metros y medio, con una acción que no supere los ocho gramos. A la que se incorpora un carrete de pesca ultraligera de 1000 o 500. La línea más usual es la de monofilamento de 0,16 mm, dos centésimas de milímetro arriba o abajo.
La práctica cada vez más común del Rockfishing ha hecho que los fabricantes ofrezcan señuelos adaptados a las necesidades de este tipo de pesca. Por lo que es fácil, aunque no barato, hacerse con una colección decente de señuelos. Los minnows y poppers son los más habituales en las tiendas de pesca, aunque también los vinilos tienen muchos adeptos.

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