Aunque es posible realizar alguna captura ocasional durante todo el año, con la llegada de la primavera y sobretodo a partir de Septiembre, llegan a nuestras costas, las apreciadas serviolas (Seriola dumerili). Si bien es relativamente fácil que nos piquen las de pequeño tamaño en cualquier artificial que usemos cuando hacemos por ejemplo curri de superficie, si pretendemos obtener ejemplares de mayor porte, la mejor opción sin duda es el jigging.
Texto y fotos: Sergi Burillo.
Jigging, técnica de pesca centenaria.
Aunque nos parezca una técnica relativamente nueva, el jigging se remonta a mas de 200 años, cuando pescadores artesanales pescaban, bacalaos, salmones, jureles y especies similares, con un aparejo de mano, y moviendo allá en el fondo o a medias aguas, un trozo de metal mas o menos brillante armado con anzuelos simples, y que les procuraban abundantes pesqueras. Era el principio de algo, que nunca imaginarían nuestros ancestros que se convertiría en una de las opciones mas validas para capturar depredadores de gran tamaño.
Lo cierto es que los responsables de la fiebre del jigging tal y como actualmente lo conocemos, son en gran medida, los japoneses, que han desarrollado, tanto los aparejos y líneas, como las cañas y carretes de manera que podamos practicar con éxito esta modalidad, de forma que de otra manera seria imposible.
Pez limón o Medregal, la serviola
El pez limón o Medregal, como también se conoce la serviola, es un animal que en sus primeros años de vida, busca, el resguardo de las bocanas de los puertos o estuarios, y también el abrigo que les proporciona las estructuras hundidas, resto de naufragios etc.
Siempre cuando son de pequeño tamaño, nadan en bancos muy nutridos, siendo posible capturar en una jornada, mas de 50 ejemplares inferiores al kilo, en este caso, siempre hemos de devolver todos los peces al agua con vida, ya que estamos hablando de un animal que llega a alcanzar los 80 kilogramos de peso.
Podemos pasar una jornada excelente con estos alevines, utilizando equipos ligeros, y jiggs de pequeño tamaño, tipo bassday, o María “mucho lucir”, que no dudaran en atacar nuestros señuelos cada vez que los dejemos caer por la borda, pero en nuestra mano esta preservar esta especie, que por combativa, y por el peso que alcanza, merece ser bien tratada.
Otro tema a parte, son las serviolas de mayor tamaño, ya que una de ellas que pese solamente 5 kilogramos, nos ofrecerá una lucha sorprendente para su peso. Cuando lo que tira de nuestra línea alcanza pesos superiores a 15 kilogramos, entenderemos enseguida por que tiene bien ganada su fama de combativa.
Los ejemplares mayores, tienden a nadar en solitario, o a lo sumo en grupos de 8 a 10 individuos, que se concentran por encima de las formaciones rocosas, en busca de cefalópodos, pequeños peces, etc.
Tendremos en cuenta que realiza la freza de Marzo a Agosto, y aunque parezca reiterativo, también deberemos soltar esos ejemplares sin causarles daño alguno.
Una de las ventajas que tenemos respecto a la serviola y su pesca, es que carece prácticamente de interés comercial por parte de los pescadores profesionales, cosa un poco incomprensible ya que su carne es exquisita, y el que la prueba sin duda repetirá.
Pesca de serviolas de mayor tamaño.
Así como la pesca de los pequeños ejemplares es muy sencilla, con las crecidas la cosa se complica bastante, ya que hay que localizarlas, engañarlas y separarlas del fondo lo cual no es tarea fácil, ya que suelen estar entre obstáculos hundidos, como boyas, cabos, pecios, etc.
Lo primero que hará la serviola prendida es buscar, o bien el fondo rocoso, o cualquier otro estorbo que le permita romper el hilo y liberarse, o liar el sedal de tal manera, que nos resulte imposible capturarla.
Más de una vez deberemos ser nosotros mismos los que cortemos la línea, ante la imposibilidad de desencallar la serviola enredada, similar, a cuando un mero se encueva, y queda trabado con las agallas en la roca. La batalla está perdida, de cada 100, sacaremos una.
Pesca serviolas técnica jigging 2a parte
Deja un comentario