Gafas de Sol para la navegación

Convertidas en el accesorio más habitual en cualquier vestuario, las gafas de sol son sinónimo de estilo y personalidad. No obstante, junto con el innegable aporte estético, estos complementos cumplen una esencial función de protección. De entrada, minimizan el impacto de los rayos ultravioletas, previniendo así posibles lesiones oculares y permitiendo una visibilidad suficiente para navegar con seguridad. No debe olvidarse que cuando navegamos en días muy soleados el reflejo del sol en el agua aumenta la sensación de luminosidad. Es más, la propia cubierta de la embarcación puede actuar como superficie reflectante y entorpecer la actividad náutica al dificultar la visión.

gafas para navegar

Los riesgos de no utilizar gafas de sol durante la navegación entremezclan factores relacionados con la propia seguridad de la embarcación y otros vinculados lógicamente con la salud. Ni qué decir tiene que estos riesgos, aunque resultan más evidentes en los días más soleados, también están latentes cuando el cielo está poblado de nubes. De entrada, la más ligera luz solar puede hacernos parpadear incontrolablemente con los peligros que ello entraña en el mar. Además, pese a que no nos percatemos de ello hasta tiempo después, una exposición prolongada a los rayos ultravioletas puede acabar provocando una pérdida de visión irrecuperable. Resulta por lo tanto preceptivo protegerse debidamente con unas gafas de sol.

Características de las gafas de sol para navegar

Con todo, resulta esencial conocer las características de estos artículos. Lógicamente, existen muchos tipos de gafas de sol y no todos arrojan el mismo resultado sean cuales sean las condiciones climática. En este sentido, la propia coloración de las lentes influye sobremanera en las características de las gafas. Las lentes grises por ejemplo son las más recomendables para la conducción (incluyendo el pilotaje de embarcaciones náuticas) debido a la gran nitidez que consiguen en días soleados. En las jornadas nubladas sin embargo sobresalen las lentes marrones, pues aumenta el contraste de los colores. No obstante, quizá la alternativa más interesante para la navegación sean las lentes púrpuras, que resaltan las siluetas sobre un fondo azul (el mar).

La forma de la lente también tiene una importancia capital en sus prestaciones. Generalmente, las lentes con menor angulosidad conservan mejor el contraste y el contorno de los objetos. No obstante, su uso en actividades que exigen una óptima visibilidad no es del todo recomendable porque presentan una menor resistencia a los deslumbramientos. Las lentes planas no repelen eficazmente los rayos reflejados en el agua (que son los que más afectan a la visión), por lo que regatistas y demás deportistas profesionales no utilizan nunca gafas de sol de este tipo. Las lentes curvas por su parte ofrecen una peor nitidez pero impiden que la luz solar alcance directamente el ojo.

Materiales empleados en su fabricación

Por lo que respecta al material empleado (aspecto tanto o más importante que la propia forma de la lente), podemos distinguir dos grandes bases: el vidrio y el policarbonato. El vidrio es el material más convencional, con un grado de plasticidad y resistencia a golpes y arañazos considerable. En los últimos años ha cobrado especial fuerza una nueva técnica de preparación del vidrio (ópticamente esmerilado) que mejora la visibilidad aunque aumenta el peso de la lente. El policarbonato por su parte es extraordinariamente ligero y su uso en los deportes náuticos es prácticamente generalizado. Cabe añadir que este material no se astilla aun rompiéndose, por lo que la seguridad es total. Su limpieza tampoco presenta mayor dificultad.

Como no puede ser de otro modo, el material con el que se elaboran las monturas también tiene su importancia para la navegación. En este caso, se apuesta principalmente por la ligereza y la resistencia al agua. Precisamente por ello, las monturas de metal tan populares a día de hoy apenas se utilizan en las actividades náuticas. El motivo no es otro que la oxidación, algo que no ocurre por ejemplo con una montura sintética (nylon) o de titanio, si bien en este caso se encarece notablemente el precio. La naturaleza de la montura resulta esencial para configurar el estilo de las gafas de sol (aviador, doble puente, pescador…). En las regatas por ejemplo destacan las gafas envolventes, que ofrecen un ajuste excepcional.

Por supuesto, debemos cerciorarnos de que tanto la montura de las gafas como las lentes están debidamente homologadas. Todas las lentes empleadas en la navegación deben estar polarizadas. Por polarización entendemos el fenómeno mediante el cual los rayos de sol que se reflejan en una superficie lisa se concentran en un solo plano. Ello provoca un deslumbramiento horizontal que imposibilita la conducción de cualquier embarcación (los reflejos verticales no provocan deslumbramientos). Las lentes polarizadas repelen estos rayos reflectados sin reducir la intensidad de la luz, por lo que la visibilidad resulta siempre óptima para la navegación. En definitiva, además de fijarnos en factores estéticos, no debemos olvidar que las gafas de sol son un elemento de protección.

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