El velero más caro del mundo

El Halcón Maltés, la brillante novela de Dashiell Hammett, llevada tres veces a la gran pantalla, tiene desde 2006 su versión náutica. Probablemente los diseñadores de esta maravilla de la ingeniería se inspiraron en aquella frase que pronunciaba Humphrey Bogart mientras acariciaba la preciada estatuilla: «Está hecha de lo que se hacen los sueños». La figura que tomaba entre sus manos Bogart se subastó hace pocas semanas por tres millones de euros. Mucho más costó el que hoy día ostenta el título del velero más caro del mundo, el Hálcón Maltés. La imagen del halcón con las alas desplegadas, es el emblema del yate, un velero de última tecnología cuyas cifras impresionan.

El Halcón Maltés. Fuente Super Yacht Times

El Halcón Maltés. Fuente Super Yacht Times

Un velero fuera de lo común

Construido en Turquía, en los astilleros Perini Navi, El halcón maltés pretende ser un híbrido que aprovecha la fuerza del viento y cuenta con la tecnología y el confort más punteros de la náutica recreativa. A pesar de ello, su anterior propietario, el magnate Tom Perkins, capitalista de Google, lo vendió tres años después de botarlo. Entonces pasó a manos de una armadora griega, una de las fortunas puntocom. El precio de venta no llegó a saberse, pero fuentes cercanas a los entornos de los millonarios comentaban entonces que la cifra ascendía a 120 millones de dólares, algo más de noventa millones de euros.

Para los que no tienen tanto, pueden permitirse alquilarlo por una cantidad mucho más baja. El precio por disfrutar del Halcón Maltés ronda algo más de cuatrocientos mil euros semanales (incluyendo la tripulación). Esta embarcación forma parte de nuestro top 5 sobre barcos veleros

Datos de gran tamaño

El velero más caro del mundo no puede presumir de ser el más grande. Premio que se lleva el Eos, con más de noventa metros de eslora. Sin embargo, sus cifras no dejan de sorprender.

Tres ingeniosos mástiles rotatorios exponen al viento una superficie vélica de 2400 metros cuadrados. Lo que no evita que pueda ser controlado por una sola persona desde el puente de mando integrado. Un ordenador programado por su anterior armador controla todos los aspectos de esta joya de la ingeniería náutica.

Sus 88 metros de eslora son empujados, además de por las velas, por dos motores. A los que cabría de esperar más. Pero el casco optimizado para navegar a vela evita que supere los 20 nudos en velocidad de crucero y 25 de velocidad punta. Doce metros de manga y once de calado completan las dimensiones principales del Halcón Maltés. Que no obstante, porta en sus bodegas de proa dos lanchas de gran velocidad con las que jugar un poco sin ensuciar la cubierta del yate.

Tecnología y confort

Perkins puso todo su empeño en que la nave fuese un compendio de tecnología sin renunciar a un ápice de confort, e inspirado en las embarcaciones mediterráneas. La originalidad de los mástiles de carbono y la distribución del velamen le aportan una navegación silenciosa, en la que destaca la maniobrabilidad. Y no busques drizas y jarcias. La cubierta está libre de elementos de navegación para deleite de sus doce pasajeros.

La habilitación se divide en tres cubiertas. El primer entrepuente alberga los espacios comunes y la más próxima a la quilla los camarotes, que sin ser muy amplios no tienen nada que envidiar a un hotel de lujo.

Un velero de hecho de sueños, que sin embargo no pudo evitar la colisión con un sencillo 40 pies durante Leukemia Cup en la bahía de San Francisco.

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