Código Polar

El cambio climático está propiciando el trazado de derrotas marítimas por aguas hasta ahora inhóspitas y solo reservadas a los rompehielos. El deshielo paulatino del océano Ártico proporciona nuevas rutas próximas al polo Norte que requieren de una adecuada legislación, atendiendo tanto a la formación de la tripulación como a la capacidad de los barcos para navegar entre hielos. Por otra parte, el turismo antártico es cada vez una realidad más recurrente y digna a tener en cuenta, especialmente tras varios accidentes de varadas de cruceros turísticos y las complejidades de los rescates en el entorno polar. Con todos estos ingredientes en la coctelera legislativa de la OMI se han ido fraguando desde hace una década diferentes recomendaciones para los barcos y tripulaciones que naveguen cerca de los polos, concretándose desde el pasado noviembre en el Código Polar.

Rompehielos

Qué supone el Código Polar para la seguridad del barco

La Organización Marítima Internacional procura que el Código Polar sea un instrumento con el que se incremente la seguridad de los buques que surcan aguas polares, fijándose en el equipamiento, diseño, construcción y operaciones a bordo. El Código persigue tanto una regulación del turismo polar, como respecto a los barcos que navegan por los mares del océano Ártico, con medidas extraordinarias para facilitar el salvamento y rescate y proteger el medio ambiente marino.

Equipamiento

  • Los portillos, ojos de buey y ventanas en general del puente deben poder despejar el hielo, nieve, niebla, condensación…
  • Los botes salvavidas deben ser del tipo parcial o totalmente cerrados.
  • Todas las personas a bordo deben vestir con ropa de protección térmica, incluidos los pasajeros, para los que se deberá contar con trajes de inmersión y protección térmica.
  • Los buques deben tener a bordo equipos para zafarse del hielo: instrumentos eléctricos, neumáticos y herramientas adecuadas para trabajar a muy bajas temperaturas.
  • Los equipos contra incendios deben estar construidos para ser utilizados a muy bajas temperaturas, tener protección contra el hielo y poder  utilizarlos por una persona vestida con prendas de protección térmica, considerando especialmente la movilidad de las manos con guantes.

Diseño y construcción

  • Se establecen tres categorías de buques: A (para navegar en hielos de más de un año), B (navegar en hielos de menos de un año) y C (para navegar en condiciones menos severas).
  • La presencia de hielo en cubierta compromete la estabilidad de los barcos, debiendo estar construidos para mantener los criterios de estabilidad en condiciones de acumulación de hielo.
  • Los materiales de construcción deben soportar  muy bajas temperaturas en óptimas condiciones.
  • La estructura debe estar fortalecida para resistir tanto a nivel global como local las presiones durante la navegación entre hielos.

Operaciones

  • Los equipos de comunicaciones y navegación deben ser capaces de recibir información sobre las condiciones del hielo.
  • Todos los equipos a bordo deben responder mediante un certificado a las condiciones establecidas en el Código Polar.
  • La tripulación debe recibir una formación y entrenamientos específicos para navegar en aguas heladas abiertas y entre hielos.
Código Polar infografía

Turismo polar

Desde hace unos años se han incrementado el número de cruceros y pasajeros que realizan turismo polar, lo que ha motivado sobremanera a la adopción de las medidas expresadas en el Código Polar. La nueva normativa, que entra en vigor para los buques nuevos construidos a partir del 1 de enero de 2017 y para los existentes a partir de un año después, recomienda limitar el número de pasajeros a bordo, la utilización de combustibles volátiles más “respetuosos” con el medio ambiente (Gas Oil Marino con un alto índice de volatilidad a bajas temperaturas), un mejor sistema de tratamiento de aguas, medias de seguridad y escape adecuadas y acomodaciones adaptadas a las condiciones climáticas de las zonas polares.

Según datos de la Asociación internacional de operadores turísticos del Antártico cada año visitan el continente más meridional 40 cruceros. En 2013 37000 turistas visitaron tierras antárticas, la mayoría de ellos partieron del puerto argentino de Ushuaia (90%), mientras el resto lo hacen desde Chile o Nueva Zelanda. El incremento es notable, pues en los dos años anteriores la cifra acumulada era de 47000 turistas. Desde la propia asociación IAATO y la OMI se aconseja que ninguno de estos barcos supere los 500 pasajeros, y que la dotación en equipos propios sea tal que facilite las labores de rescate y salvamento.

turismo polar

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