Técnica: Cefalópodos a Jigging

EL JIGGING, ES SIN DUDA, LA TÉCNICA DE MODA.

TENIENDO EN CUENTA LA INDUDABLE EFECTIVIDAD QUE NOS PROPORCIONA EN LA PESCA DE LOS DEPREDADORES EN GENERAL, PODEMOS VARIAR LOS JIGGS Y ADAPTARLOS PARA LA CAPTURA DE CEFALÓPODOS, LO QUE NOS OFRECERÁ LA POSIBILIDAD DE CONVERTIR EN JORNADAS DE ÉXITO, ESOS FRÍOS AMANECERES Y PUESTAS DE SOL DE LOS PRIMEROS MESES DEL AÑO.

 

Cuando tenemos entrado Enero, una buena manera de suplir la escasez de capturas de porte que nos traen los meses de estío, y de mantener nuestra afición en niveles óptimos de disfrute, es la pesca de cefalópodos.

Pulpos, calamares y sepias, acuden puntuales a la cita con nuestras poteras y pajaritos, haciendo así que los meses invernales no nos parezcan tan largos y aburridos.

La pesca convencional de estos animales, tiene una larga historia y grandes expertos que sin duda obtienen un buen número de capturas, no obstante, un buen pescador siempre ha de intentar innovar e inventar nuevas maneras de aumentar el disfrute y la calidad de las jornadas de pesca.

Debemos tener en cuenta que el jigging proporciona más variedad, y mejores piezas que otros tipos de modalidades, entonces, porque no aplicarlas a la pesca de otras especies?

Sin duda una vez que lo probéis, será difícil que volváis a las antiguas poteras, hasta ahora la forma más eficaz de capturar calamares y sepias.

Cuántas veces hemos estado jiggeando al alba, o a la prima, y hemos notado un leve tirón en nuestra línea, sin obtener captura alguna?? Son los calamares, que tentados por las imitaciones realistas de nuestros jiggs, intentan asegurarse un buen bocado no enganchándose en nuestros anzuelos el 99% de las veces.

¿Qué pasaría si sustituyéramos los anzuelos por coronas de agujas similares a las que arman las poteras convencionales? El resultado, ¡¡ESPECTACULAR!!

Al igual que los peces, los cefalópodos se rinden a una buena imitación de un pez presa y hoy en día el mercado nos proporciona una grandísima gama de esos señuelos, sólo hay que escoger los adecuados para cada situación.

LOS JIGGS

Para adaptar los jiggs a este tipo de pesca, sólo deberemos hacernos con unas cuantas coronas de agujas, de diferente tamaño, que podemos encontrar en cualquier tienda de artículos de pesca, y sustituir los anzuelos triples o asiste de nuestros jiggs por estas últimas.

La manera de hacerlo es simplemente encajar la corona en el ojal inferior del jigg y asegurarla con un buen número de vueltas de hilo dental bien impregnado de pegamento líquido instantáneo.

Una vez acabado el proceso, no esta nunca de más asegurar la corona con un trozo de nylon de un grosor no inferior al 0,50, uniendo esta misma con el ojal superior del jigg, ya que son comunes las capturas de mas de un kilogramo de peso, con esta innovadora técnica.

Deberemos tener preferencia, con aguas limpias, por imitaciones realistas, colores naturales que se asemejen a boquerones, bogas, serranos, juriolas etc. Todo lo contrario que en días nublados, con aguas turbias, que montaremos jigs con colores fluorescentes, rosas, verdes, lilas, pistacho etc.

Los pesos no excederán de 100 gramos, siendo los de medida más bien reducida, máximo 50 gramos, los que mejores resultados nos darán. Dependerá de la corriente y profundidad en la que pesquemos, a mas profundidad y mas corriente, mas peso, ya que al igual que el jigging convencional, deberemos pescar siempre lo mas vertical posible.

CAÑA Y CARRETE.

La caña debería ser de unos 2 mts, de acción 10-20 libras, ya que nos permite poder imprimir un movimiento realista a nuestro jigg, y a la vez tener la suficiente fuerza para, al notar la picada, poder dar un «cachete» lo suficientemente efectivo para asegurar la clavada.

Siempre que sea posible, la caña deberá estar equipada con anillas tipo «fuji», ya que al utilizar hilo trenzado, las anillas normales se deterioran fácilmente.

El carrete debe ser de tambor fijo y de tamaño 4000-5000. Aunque a veces acuden a nuestros jiggs piezas de gran porte, con un carrete de una calidad media bastará, ya que la pelea que presentan es más bien inexistente, si la comparamos con peces del mismo peso. Eso sí, el freno del carrete nunca debe estar apretado al máximo, ya que es posible que el primer par de arrancadas nos saquen algo de hilo y si está bloqueado el freno, podrían partir el terminal.

Cargaremos la bobina con hilo trenzado de aprox. 25 lbs. al cual uniremos un terminal de unos 6 mts de fluorocarbono con una resistencia de unas 12 lbs.

El motivo de utilizar hilo trenzado es porque al carecer de elasticidad, nos asegura mejor tacto para sentir la picada por débil que sea y en el momento de clavar, el tirón se transmite inmediatamente a nuestro señuelo, asegurando así mas capturas.

El fluorocarbono se utiliza porque al ser invisible, permite presentar el engaño de forma más creíble.

No olvidemos que el calamar es el animal que en proporción con su cuerpo tiene el ojo más grande de toda la naturaleza, no en vano, debemos contar con ese detalle a la hora de presentar nuestros señuelos.

HORAS DE PESCA Y PROFUNDIDADES

La mejor hora para la pesca de calamares sería la última antes del ocaso y hasta media hora después del mismo.

También se pescan al alba, con las primeras luces del día y hasta un par de horas después de clarear.

Los pescadores profesionales utilizan potentes focos para iluminar el mar y así atraer pequeños peces que sirven de alimento a los calamares y pescarlos, pero no debemos olvidar que el uso de focos no esta permitido a los pescadores recreativos, exponiéndonos a fuertes multas por parte de las autoridades competentes.

Para la sepia y el pulpo es más fácil pescarlos durante todo el día, incluso con el sol en su punto más alto.

Para tentar a estos animales al alba, deberemos empezar por una profundidad de unos 15 mts y a medida que va clareando, ir ganando metros, hasta los 30 aproximadamente.

Es justo lo contrario que debemos hacer al ocaso, empezar a mayor profundidad, e ir disminuyendo a medida que también lo hace la luz.

ACCION DE PESCA

Tentar estos animales a jigging, dista bastante del jigging que entendemos como convencional.

Así como en el jigging habitual, dejamos caer el jigg al fondo y lo recuperamos con tirones más bien rápidos y bruscos, en la pesca del calamar deberemos imprimir una velocidad de recuperación más bien lenta, aunque continuada. Son comunes las picadas a escasos metros de la embarcación, incluso a flor de agua.

Resulta excitante ver a un gran calamar seguir nuestro jigg hasta la superficie y en el último momento «disparar» sus tentáculos para «cazar» su presa y así quedar prendido en nuestro engaño delante mismo de nuestros ojos.

En el caso de sepias y pulpos, debemos hacer «saltar» nuestro jigg por el fondo, con tirones más o menos suaves, hasta notar la tensión de la picada, y entonces asegurar la clavada con un fuerte tirón de nuestra caña hacia arriba.

Una vez prendidos, debemos recuperar la pieza sin prisa, pero siempre con una tensión constante.

Dejar de recoger en algún momento, casi con seguridad significara la perdida de nuestra pieza, ya que será esa tensión la que mantendrá el animal clavado en nuestro engaño.

Debemos recordar que las coronas de agujas carecen de la «muerte» que si llevan los anzuelos comunes, por lo que si dejamos de recoger es muy fácil que nuestra pieza se escape.

Una vez en superficie, utilizaremos una sacadera de rejilla de goma, especiales para este tipo de pesca, ya que los salabres de malla a parte de perder muchas piezas por el engorro que supone hundirlos por su gran resistencia al agua, también nos aseguran un gran enredo de las agujas de la corona del señuelo y una perdida de tiempo en un momento de actividad de pesca para deshacer el lío.

 

ZONAS DE PESCA.

Localizar las zonas donde se encuentran los calamares no debería ser complicado.

En el caso de que no contemos con coordenadas de lugares donde anteriormente hayamos conseguido alguna captura, bastará con que nos fijemos al ocaso y al alba, hacia donde se dirigen los incansables pescadores de calamar, que día tras día salen de todos los puertos en busca de tan codiciada presa y colocarnos, siempre guardando una distancia prudente, cerca de ellos.

No olvidemos que esos «lobos de mar» saben en cada momento donde se encuentran las capturas, ya que su sustento depende de conocer esas zonas «calientes».

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Sin duda la pesca de cefalópodos a jigging, os sorprenderá gratamente, al igual o mas que cuando descubrimos por primera vez, que unos trozos de metal, pintados más o menos como un pequeño pececillo, eran capaces de engañar a los esquivos dentones, o a las combativas serviolas.

Para terminar, recordemos siempre que debemos capturar únicamente las piezas que vayamos a consumir. Los peces son un bien demasiado preciado, y los pescadores los encargados de preservar nuestra afición con una pesca responsable.

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