¿Qué meto en la maleta para el chárter del verano?

Han sido meses de preparativos pero por fin tenemos aquí nuestro chárter. Un crucerito de verano para disfrutar en familia o con los amigos. Si es nuestra primera experiencia náutica, estaremos totalmente perdidos a la hora de hacer las maletas. Aquí van algunos consejos.

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 Olvidaos de la Samsonite

 Los trolleys que muchos de nosotros solemos pasear por los aeropuertos no tienen cabida en un barco. Las maletas tradicionales, estilo Samsonite con ruedas, ocupan demasiado espacio. En cambio, una mochila o una bolsa plegable siempre se podrán doblar y esconder en algún cajón.

Segundo aspecto a tener en cuenta: llevarse lo mínimo. Cuanta más ropa llevemos, más problemas de espacio crearemos. No os preocupéis: el look marinero es desenfadado y pasaremos el 80 por ciento del tiempo en bañador. Además, en algunos puertos hay servicios de lavandería, puede ser una buena opción para “reciclar” nuestra indumentaria.

 Tacones lejanos

Aunque en los folletos de crucero habéis contemplado chicas en bikini que toman el sol y se pasean por la cubierta como si estuvieran en la playa, la realidad es otra. Caminar descalzos puede ser muy peligroso en un barco. Hay poleas, winches y todo tipo de objetos que están diseminados por la cubierta como un campo de minas. Y es fácil resbalar en cuanto haya un poco de humedad. Por ello, el mejor consejo que podemos dar es que cada miembro de la tripulación en todo momento lleve zapatos (salvo cuando decide bañarse). Tiene que ser un calzado cerrado, en lugar de las chanclas de moda. Igual no estaréis a la última, pero por lo menos evitaréis romperos las uñas o incluso caeros al agua. Aviso a las mujeres coquetas que se estrenan en un crucero: los tacones habrá que dejarlos para otra ocasión.

Acordaos de coger calcetines. Es cierto, hace calor, pero por la noche puede refrescar. Y es de agradecer tener algo que nos proteja los tobillos de posibles mosquitos.

 Bañadores a tope

 Nos pondremos el bañador por la mañana y nos lo quitaremos a última hora de la noche. Así que adelante: es la única prenda de la que se puede abusar. Como tomar el sol tiene su precio, junto al bañador no tenemos que olvidarnos de unos accesorios imprescindibles: la crema solar, las gafas y la gorra. El deseo de ponerse morenos puede ser peligroso y engañoso… porque el color será más bien rojo gamba, si no se usa protección. Al principio es oportuno aplicarse una protección alta, para luego ir bajando.

En cuanto a los ojos, el mar es como la nieve. No se puede navegar sin unas gafas adecuadas. Mejor que les pongamos un cabo de seguridad, si no queremos que los peces se queden con nuestras Ray Ban. Una montura de plástico es más resistente a los golpes que una de metal o de titanio.

Por último, la gorra es fundamental y no sólo para los calvos. En navegación, a no ser que intentemos escondernos bajo la sombra de la mayor, Lorenzo golpea sin piedad. Y apretémonosla bien, de otra manera puede tener el mismo final que nuestras Ray Ban: caerse al fondo del mar.

 Modelo cebolla

 Si los pantalones cortos vamos a llevarlos a menudo, los largos sólo los usaremos por la noche. Aún así es mejor llevar dos. Porque en caso de tormentas o de ráfagas de viento, podemos vernos obligados a vestirnos de corte largo. Siempre es oportuno tener un cambio, ya que la ropa se puede mojar. Luz verde para llevar camisetas de manga corta: son prácticas y muy veraniegas. No obstante, en el barco hay mucha humedad y la excursión térmica a veces puede ser relevante. Por ello, nos llevaremos en la mochila una serie de prendas que nos pondremos encima de forma sucesiva en cuanto baje la temperatura. Las capas, parecidas a las de las cebollas, se van añadiendo poco a poco. Así, dispondremos de unas camisetas de manga larga, de un jersey ligero y de otro más pesado, de algodón grueso o de lana ligera. La última capa será una cazadora ligera o un cortavientos que resista de alguna manera al agua. Para el cuello, también es idóneo contar con algún pañuelo.

Asimismo, aparte de los guantes de vela para cazar las escotas sin dejarse las manos en el intento, los más frioleros pueden llevarse otros más tradicionales (de lana o de polar, que pesa menos) o el gorrito de esquiar.

Por último, el pijama es una prenda que se usa poco en un barco (igual que la bata y el albornoz), y en cambio es aconsejable coger un saco de dormir. Y es bueno prever dos toallas: una para la playa y para secarnos tras el baño, y otra para el aseo en general, a no ser que tras la ducha queramos volver a estar saladitos con sólo pasarnos la toalla.

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