No es un barco, pero flota y tiene hélices, además de ser una de las alternativas en las búsqueda de energías renovables para el futuro inmediato, con el mar como protagonista y tecnología 100% española (de Galicia concretamente).
Los navegantes venimos asistiendo atónitos a diversos modos de aprovechar el mar como fuente inagotable de energía. Tras cruzar el Canal de La Mancha y realizar cabotaje por las costas de Países Bajos y Dinamarca las cartas náuticas se plagan de avisos sobre aerogeneradores enormes que conforman campos eólicos en pleno Mar del Norte. En otros lugares son las olas las protagonistas, con una singular muestra de boyas que siguiendo movimientos ascendentes y descendentes producen la valiosa energía eléctrica.
En Galicia, comunidad ligada al mar y madre de muchos de los marinos que hoy surcan los océanos, se ha puesto en marcha un pionero proyecto que en estas fechas está viendo la luz definitivamente y que tiene por objeto aprovechar la energía de las mareas -especialmente notables en esas latitudes- para producir energía eléctrica.
El Proyecto Magallanes pretende dar la vuelta al mundo con un ingenio que consta de dos hélices enfrentadas que permanecen sumergidas -evitando el impacto visual- y se mueven aprovechando las corrientes marinas. El aparato se instala fondeado, sin dañar el fondo marino, aunque sí que impide la navegación. A efectos del RIPA está considerado un buque fondeado, con su correspondiente luz blanca todo horizonte.
Durante este año 2015 están previstas las pruebas de mar del primer prototipo construido a escala a tamaño real, tras superar las pruebas realizadas en Escocia. 350 toneladas de desplazamiento y 25 metros de calado capaces de generar un corriente estable de 2 MW, algo nada desdeñable. Los responsables destacan lo que es fácilmente identificable una vez que se conoce el proyecto y aprecia el mecanismo: sencillez y disponibilidad para instalarlo en casi cualquier mar del mundo (que esté sometido a mareas o corrientes, se entiende).
Hay que considerar que por ejemplo en el Estrecho de Gibraltar las corrientes originadas por las mareas son de 3 a 4 nudos, lo que supone una fuerza motriz estimable. Según los patrocinadores del Proyecto Magallanes este ingenio podría producir hasta un 7,5% de la demanda eléctrica mundial. Considerando, eso sí, que la marea dista mucho de coincidir con los picos de demanda energética y que la intensidad de las corrientes sufren variaciones de la nulidad a la máxima intensidad en tan solo 6 horas.
Con todo el proyecto se antoja interesante por aprovechar un recurso que a nosotros los marinos nos es tan común y por no suponer una amenaza para el ecosistema marino -para unos profesión y para otros afición-. Por otra parte el ingenio recuerda a los hidrogeneradores que aprovechan el movimiento del barco durante la navegación para producir energía.
Sitio web del Proyecto Magallanes: www.magallanesrenovables.com/es/proyecto/
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