¿Por qué se pasan por ojo los barcos?

Sin ser rigurosamente técnico para no aburrir intentaré explicar la razón.

Los barcos están sometidos a las leyes de la dinámica, es obvio.

A los que hemos navegado nos hubiera gustado que esas leyes no existiesen en la mar, muchos sufrimientos nos hubiéramos ahorrado, amén de baldes arrojados al mar o simplemente cabezas asomadas por la tapa de regala con cara de pavo degollado maldiciendo: ¡quien puñetas me ha mandado meterme en este cascarón y estar navegando!

Dentro del compendio de leyes dinámicas se encuadran las olas como elementos que generan energía, que a su vez esta se la cede el viento, bien graciosamente, cuando una suave brisa se genera, bien brutalmente, cuando Eolo se enfada, sopla y sopla, entonces las olas le aplauden y el fruto del aplauso lo padecemos los viles mortales sometidos al bamboleo del suelo que pisamos.

Las olas se extienden y se amplían y cuando nuevamente cede el enfado de Eolo, las crestas y los senos de las ondas se hacen más y más grandes, creándose lo que se llama mar tendida.

barco pasar por ojo

Esta enorme energía, las olas, las recibe el barco en forma de golpes de mar, que cuando entran de proa como golpes devastadores hacen que el barco cabecee y pegue unos pantocazos que hacen vibrar todo el casco.

Si vienen de costado el barco se balancea y si se producen los dos movimientos casi al unísono el barco cucharea.

Pero ese «baile» puede poner en peligro la estabilidad del barco y la vida de los tripulantes y aquí ya se acaban los gracejos.Si en el pantocazo que se produce cuando la cresta de la ola golpea en la proa del buque y esta no se levanta rápidamente, el barco encapillará (entrando por la borda el mar e inundando todo a su paso) a la siguiente cresta de la ola dejará fuera del agua la hélice y el timón, por tanto sin rumbo y potencia en contra de la ola, el buque se pone a merced de su fuerza y cuando la sincronía le haga hundir la proa nuevamente en uno de los senos de las siguientes olas, podría pasarse por ojo, es decir se colaría en ese seno hacia el fondo del mar sin la más mínima posiblidad de remontar y casi sin resistencia.

Este peligro de sincronismo, así se llama técnicamente en los libros de navegación, es muy difícil y lejano pues la propia irregularidad de las olas, el movimiento del barco, el carenado del buque, que entre sus cualidades está la de servir de resistencia al mar, hacen harto complicado que el barco se cuele, …..Pero a veces se cuela, una entre un millón, como la lotería.

Un buen navegante ante esa potencial sincronización debe moderar su velocidad para hacer más marinero el barco y capear el temporal dándole la popa o la amura, evitando hacer frente a la fuerza de las olas.

barco pasar por ojo

Al “Montrove” probablemente eso le sucedió, dada la celeridad  con que ese acaecimiento sobreviene, también por la “ausencia” de sentido de peligro que suele haber o había en la mayoría de los pesqueros y su especial idiosincrasia para  respetar normas y reglamentos.

Luego, la cultura del lamento, la resignación y el atávico designio divino, hacen lo que sabe hacer muy bien este país, generar desgarros barrocos de dolor, pero no rectificar lo que se hace mal de forma inconsciente  y sin procedimiento.

Y un dato que no debemos olvidar, en los últimos 20 años se han perdido al pasarse por ojo más de 100 buques y con ellos la vida de muchas tripulaciones a lo largo y ancho de los mares.

 

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