Al sur de Nápoles, en la región italiana de Campania, encontramos la bella Costiera Amalfitana, que se caracteriza por la belleza de sus paisajes y por sus pintorescos pueblos, que se asoman al mar colgados de la montaña, lo que le valió para entrar en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El extremo oeste de este litoral es el bellísimo pueblo de Positano, mientras que el extremo este es Vietri sul Mare, muy cerca de Salerno.
Amalfi es el centro neurálgico de la costa amalfitana. Según la leyenda, fue Hércules quien fundó la ciudad como regalo a una amante princesa que tenía los ojos tan azules como el mar de este lugar. Otro de los pueblos que hay que visitar en Ravello, considerado la “casa de las musas”, porque aquí han encontrado inspiración muchos artistas, y de ahí que proliferen tanto los “ateliers”.
Positano es tal vez el pueblo que más caracteriza la Costa Amalfitana, el más popular y visitado. Cuenta con playas de mar cristalino, muy concurridas en verano, y en el pueblo aguardan tesoros como la iglesia de Santa María Teresa y las Torres Saracenas.
Si preferimos los paisajes naturales, entonces hay que llegar hasta Furore, un pueblo ubicado en lo más profundo y lo más alto de un fiordo natural desde donde se observa una vista preciosa; además, hay que detenerse a escuchar el sonido que causa el mar cuando penetra en el fiordo, que es como el rugir furioso de un gigante.
Navegar por esta costa es una delicia, y muy tranquilo, ya que normalmente soplan vientos suaves. En el corazón de la Costiera Amalfitana se sitúa Marina di Stabia, un puerto nuevo, con zona para superyates. Se trata de un buen refugio para pasar la noche y para utilizar como base desde el que conocer la zona. Para hacer excursiones, lo mejor es moverse en bus. Si nos gusta la actividad, también es aconsejable hacer excursiones a pie.
En esta escarpada costa hay numerosas calas donde tirar el ancla para darse un bañito, aunque la mayoría son pequeñas. No hay que dejar de visitar la Cueva de Esmeralda, situada cerca del pueblo de Conca dei Marini. La cueva es accesible en dinghy, algo muy recomendable para contemplar la degradación de colores, del azul oscuro al verde turquesa, que crea en sus aguas la escasa luz que entra.
La Costa Amalfitana es además la puerta de entrada de las islas de Ischia y Capri, ambas en el Golfo de Nápoles, que también son un paraíso para el navegante.
Por último, otros enclaves que también deberían ser de visita obligada desde la costa amalfitana son la de las ruinas de Pompeya, la ciudad de Nápoles y el volcán Vesuvio.
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