En competición, reducir el rozamiento y estilizar el casco puede ser la diferencia que marca la victoria. Al igual que en los grandes buques cualquier concepto o diseño técnico que permite reducir el rozamiento es acogido como una solución a consumo. Las hélices retráctiles -o retrohélices– se utilizan desde hace tiempo como hélices de proa de muchas embarcaciones; ahora nos presentan un nuevo diseño con vocación de sustituir a las hélices de palas abatibles.
Hélices retráctiles o de palas abatibles
Es habitual que los veleros tengan un sistema de propulsión con hélice de palas abatibles o plegables para reducir al mínimo el rozamiento. El ingenio ha ido evolucionando y es posible encontrar hélices de paso variable, como una forma de contribuir al esfuerzo de la máquina. Las hélices de palas abatibles, sin embargo, requieren de eje y la correspondiente chumacera.
El Win Win es el primer barco velero de recreo que incorpora hélices retráctiles propulsoras. Un sistema que hace que una vez concluidas las maniobras de puerto y que el buque es capaz de moverse por el empuje del viento, las hélices se ocultan dentro del casco, como el tren de aterrizaje de un avión.
Hélices retráctiles de proa
En los veleros y yates es común la instalación en proa de una hélice de propulsión eléctrica perpendicular al plano de crujía que se utiliza para las maniobras de puerto. Con el fin de evitar el rozamiento e indeseadas turbulencias la hélice se aloja en una cavidad tubular quedando oculta en la vista desde un plano frontal. En los grandes buques de crucero también es habitual ver el dibujo de un trío de hélices a popa del bulbo de proa, son las denominadas hélices de maniobra. Estás suelen instalarse con compuertas que las resguardan en la navegación y evitan las turbulencias y el rozamiento, justo lo que se consigue con las nuevas hélices retráctiles propulsoras.
Hélices retráctiles de propulsión
El fabricante de propulsores marinos Schottel instala hélices retráctiles azimutales como parte de los sistemas de geoposicionamiento y posicionamiento dinámico en buques mercantes dedicados a labores que requieren la máxima maniobrabilidad en el mínimo espacio. Estas hélices permanecen ocultas en el pantoque y se ponen en marcha en el momento en que se requieren. Son capaces de girar 360 grados y retrotraerse concluida la maniobra. Si bien pueden utilizarse en como hélices propulsoras, la flexión a que se somete el eje vertical de soporte y transmisión puede ser tal que produce la rotura del eje, por lo que se aconsejan tan solo para maniobras a muy bajas velocidades.
El concepto de hélice propulsora que se ha instalado en el Win Win, el primer velero con este sistema, es el de una hélice convencional, cuyo eje atraviesa el casco en un ángulo aproximado de 15 grados con la horizontal y la correspondiente chumacera que evita vibraciones. Cuando está extendida, la hélice muestra la apariencia de una hélice convencional, con la singularidad de que queda totalmente oculta en el casco cuando concluya su función. Siendo así una hélice óptima como propulsora sin estar sometida a los esfuerzos que deben soportar las hélices azimutales.
La hélice retráctil -tanto como hélice de maniobra como de propulsión- evita turbulencias y vibraciones cuando no está funcionando. En su versión de maniobra o de proa permite ganar profundidad, con el consecuente incremento de presión y eficiencia en la maniobra.
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