Escapada a la Costa Dorada

Esta pasada Semana Santa me fui de crucero con la familia, con el objetivo de probar cómo se lo pasaban los niños a bordo, en vistas de unas vacaciones más ambiciosas este verano en barco. No hablaré ahora de la experiencia con los peques (ya lo haré en otro post), sino de un agradable descubrimiento: Roda de Bará, en la Costa Dorada.

Salimos de nuestro puerto base, el Club Nàutic Garraf, hacia el sur. Nuestra primera intención era pasar cuatro días a bordo y llegar hasta Tarragona para visitar las ruinas romanas, pero la climatología se complicó y tuvimos que hacer un cambio de planes.

Puerto-Roda-de-Bara

Con niños pequeños (de 3 años la mayor, y de 8 meses el pequeño), y siendo una primera experiencia náutica de envergadura para ellos, optamos por hacer navegaciones cortas. Además, la temperatura de abril tampoco invitaba a hacer muchas horas de mar. Así que nuestra primera parada fue Vilanova i la Geltrú, una agradable población de la provincia de Barcelona, a 46 kilómetros de Barcelona y a 44 de Tarragona. El Club Náutico está a dos pasos del centro del pueblo, por lo que resulta muy cómodo para hacer la compra para llenar la despensa, y cuenta con instalaciones modernas y confortables (a destacar especialmente los vestuarios). Además, para alegría de mi hija, había una feria de atracciones justo a la entrada del puerto. Ideal para distraerla después de unas horas de navegación.

Había sido un primer día de contacto con el mar, pero el segundo iba a ser más duro: queríamos llegar a Tarragona. Sin embargo, los vientos de más de 20 nudos de ceñida nos hicieron renunciar a la antigua Tarraco y buscar protección en algún puerto previo.

El destino nos llevó a Roda de Bará, que elegimos porque disponía de un puerto nuevo. Y tan nuevo: las obras empezaron en el año 2000, pero se abandonaron durante un tiempo. No fue hasta el 2008 cuando el puerto empezó a estar operativo, y aún hoy está medio vacío, por no decir casi completamente vacío.

Viendo fotos antiguas de esta zona, previas a la construcción del puerto, la verdad es que uno siente que, una vez más, se ha atentado contra los principios más básicos de la madre tierra. Pero, dicho eso, es un buen puerto, ubicado en plena Costa Dorada, y que por carretera está a sólo diez minutos de Tarragona.

Roc-Sant-Gaieta

El puerto se halla entre dos playas y junto al Roc de San Gaietà, que desconocíamos y que para nosotros fue una agradable sorpresa para un paseo vespertino. Se trata de un pintoresco conjunto urbanístico construido entre 1964 y 1972 siguiendo estilos arquitectónicos antiguos (románico, gótico y mudéjar) y, en otros puntos, imitando rincones típicos como patios andaluces o casas sardas. Dicho así parece que se han metido varios estilos y elementos arquitectónicos en una batidora, pero el resultado no está mal, o al menos es mejor que gran parte de las urbanizaciones que invaden la costa catalana.

A parte de esto, el mayor interés cultural de este turístico pueblo es el Arco de Bará, uno de los monumentos romanos de mayor interés de los que pueden verse en Cataluña, y que parece ser que no era un arco de triunfo sino que servía como límite territorial.

Al día siguiente emprendimos el regreso hacia el Garraf, con una nueva parada en Vilanova porque el tiempo empeoró aún más. Y, como no podía ser de otra forma, ahora que nos dirigíamos al NE, el viento roló para volver a tenerlo en la nariz…

 

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