El sur de Croacia, en la tierra de las mil islas

Ya hemos recorrido en un anterior post el norte de Croacia, en una serie de apacibles travesías que nos han llevado a visitar el anfiteatro de Pula, la medieval Zadar y el parque nacional de las rocosas islas de Kornati. Ahora es el momento de conocer el litoral meridional, de Dubrovnik a Split, con sus innumerables islas e islotes.

Damir Fabijanić

crédito: Damir Fabijanić

 

En el sur, destacan la histórica Dubrovnik y su Stari Grad (ciudad antigua), que fue restaurada tras los duros bombardeos de 1991 de la Guerra de los Balcanes; la cosmopolita Split y su palacio de Diocleciano, uno de los mejores vestigios romanos de Europa, y, muy cerca, la “ciudad museo” de Trogrir.

Al sur de Dalmacia, un excelente punto de salida lo constituye Dubrovnik, una de las ciudades medievales mejor preservadas de Europa. Con murallas rodeando el casco antiguo, alberga una increíble mezcla de arquitectura renacentista, gótica y barroca. A sus alrededores se encuentran numerosas islas preciosas, por ejemplo la salvaje y solitaria Mljet, dos tercios de ella Parque Nacional, en la que la leyenda cuenta que Ulises se enamoró y permaneció dos años.

Cinco millas al norte de Dubrovnik se encuentra Zaton, en una tranquila bahía, donde se puede fondear para un baño o para pasar la noche. Merece la pena visitar Sipan y Ston, con sus impresionantes murallas defensivas, que pertenecen al conjunto de islas llamadas Elaphitas. Desde aquí se puede llegar también a Korcula, que los griegos bautizaron como “la isla negra” por sus densos bosques, y que hoy se conoce como “la pequeña Dubrovnik”. Se hizo famosa por ser el lugar donde nació Marco Polo, y tuvo presencia de venecianos durante casi mil años, lo que explica su arquitectura y los abundantes leones de San Marcos.

Split

crédito: Ante Zubović

 

Navegando hacia el norte desde Korcula, es interesante la visita a la isla de Hvar, donde se encuentra el más antiguo teatro de Europa, y a la “isla soleada” de Brac, conocida por su fotografiada playa de Bol. Antes, y si tenemos días suficientes, también se puede llegar hasta Vis, al suroeste de Hvar, donde se halla la ciudad más antigua de Dalmacia, fundada por Dionisio en el 397 aC. Y, siguiendo hacia el sur, se llega a Bisevo, conocido como la “isla de Neptuno y las Sirenas”, donde sus cuevas azules ofrecen un marco fantástico para nadar y bucear.

Siguiendo hacia el norte desde Brac, tampoco pueden dejar de visitarse Rogoznica, Split y la ciudad amurallada de Trogrir. Esta zona del litoral está salpicada de diminutas poblaciones históricas, por lo que en principio ofrece la posibilidad de hacer travesías cortas y tranquilas.

Sea cuál sea la zona elegida, encontraremos aguas claras y paisajes idílicos. Pero también muchos turistas, especialmente en julio y agosto. Y es que, ahora que ha sido descubierta, Croacia está demasiado cerca como para perdérsela.

 

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