Ajenas al debate sobre las aguas de Gibraltar, en la bahía de Algeciras descansan más de un centenar de anclas, con sus correspondientes cadenas, que la Autoridad Portuaria de la bahía de Algeciras, APBA, se ha propuesto retirar. El proyecto está avalado con un presupuesto de 1,4 millones de euros y pretende salvaguardar los recursos naturales de este entorno de gran actividad marítima y ofrecer un fondeadero más seguro para los buques que lo utilizan.
150 anclas
La APBA ha venido encargando estudios geofísicos y magnéticos para determinar el estado de los cuatro fondeaderos bajo su tutela, donde se han localizado al menos 150 anclas y cadenas. En una primera fase de la “operación de limpieza” se ha procedido a verificar la situación y tamaño de los elementos, para establecer la idoneidad de los servicios de rescate que se van a utilizar. El resultado de esta primera fase ha concluido con una imagen tridimensional del lecho marino, por medio de un levantamiento geofísico superficial y prospecciones del lecho marino.
Las labores de limpieza afectarán a los lechos de los fondeaderos A, B, C y D situados a una profundidad máxima de 80 metros. La Autoridad ha descartado las zonas más profundas de la bahía, con veriles de hasta 300 metros, centrando sus esfuerzos en las zonas de fondeo más usuales, que comprenden 2528 hectáreas.
La empresa Drace Infraestructuras será la responsable de rescatar las anclas y cadenas perdidas durante años por los buques en las aguas de la bahía. Según los estudios preliminares los elementos de fondeos tienen un peso medio de 15 toneladas, en el conjunto ancla y cadena, llegando a casos puntuales en los que se calculan grupos de 100 toneladas.
Fondeaderos estratégicos
La situación estratégica de la bahía hace que los fondeaderos A, B, C y D del Puerto de Algeciras sean utilizados cada año por centenares de buques que realizan operaciones en las terminales de la bahía, quedando fuera del ámbito de la Autoridad Portuaria los barcos que fondean en las inmediaciones de Gibraltar (que reclama aguas propias amparándose en el Convenio del Derecho del Mar de Montego Bay).
Por su parte los armadores aplauden la medida de la APBA, puesto que la acumulación de elementos ajenos al fondo provoca la pérdida de más anclas al engancharse estas con las ya existentes. De hecho, durante el estudio geofísico se han detectados grupos de cadenas enganchadas unas a otras al verse obligadas la tripulación de los buques a perder sus elementos de fondeo por la imposibilidad de recuperarlas tras quedar enganchadas con otras anclas; sumadas a los pecios que descansan en la bahía de Algeciras.
Un equipo de arqueología marina supervisará las operaciones y realizará un inventario de los elementos recuperados, que posteriormente serán destinados al reciclaje. Las labores tienen un plazo previsto de ejecución de cinco meses. Tiempo en que también serán retirados los restos de la antigua piscifactoría del Rinconcillo.
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