Bayliner 742 Cuddy

Embarcamos en la Bayliner 742 Cuddy, una apuesta del astillero californiano por recuperar el estilo de las clásicas lanchas americanas daycruiser. Rápida, elegante, detallista y funcional. Características que Bayliner ha impreso en la mayor de sus lanchas diurnas, seguida por una gemela ligeramente inferior, la Bayliner 642.

Estas embarcaciones rápidas tuvieron su apogeo en los años noventa. De hecho, en muchas páginas de venta de barcos de segunda mano y marinas de los puertos deportivos se pueden comprar lanchas en muy buen estado y con el innegable espíritu que tiene la Bayliner 742. El aumento del precio de la gasolina fue probablemente la causa de su retroceso en las ventas. Cabe subrayar que el astillero americano llegó a fabricar hasta 60000 unidades de este tipo de lanchas en los años del apogeo. Ahora vuelven a navegar con un modelo actualizado y el empuje de Mercury.

Bayliner 742 Cuddy con MerCruiser 4.5 250 CV

En la presentación de la nueva Bayliner 742 Cuddy, el astillero optó por la versión con un motor intrafueraborda intermedio de 250 CV procedente de las factorías Mercury de su mismo grupo empresarial. El MerCruiser 4.5 es capaz de desarrollar una velocidad máxima 33 nudos. Si bien su velocidad de crucero ronda los 27 nudos. Algo que no está nada mal para la eslora de la embarcación.

Exterior

Comenzamos por la popa. Como en otras embarcaciones daycruiser y alta velocidad, el motor se oculta bajo una cubierta abatible que integra sillones. En la 742 Cuddy se ofrece además un solarium individual (más bien estrecho) al que sigue la plataforma de baño (tampoco con grandes pretensiones).

La Bayliner 742 Cuddy dispone de un pequeño fregadero, cocina de un fuego y un pequeño frigorífico bajo la cocina. Lo justo para pasar un agradable día de excursión náutica.

En el puesto de gobierno tanto el asiento del patrón como la rueda del timón disponen de dos posiciones a diferente altura para ofrecer una navegación cómoda. En el panel de instrumentos se incluye de serie lo básico que se precisa en la consola, con un detalle de agradecer: un hueco para la colocación de una pantalla multifunción o una tablet. La embarcación viene de serie con sonda y hélice de proa, lo que facilita las maniobras.

Los pasajeros cuentan con un cómodo asiento a modo de sofá en forma de L. El respaldo del copiloto se abate para dar continuidad al sofá y crear un mayor espacio en torno a la mesa central. En cubierta, la moqueta es la dudosa protagonista, si bien, es sencilla de quitar. Por supuesto los asientos esconden varios huecos de estiba, así como la cubierta, que dispone de tambuchos de fácil acceso.

También es fácil acceder a la cubierta de proa gracias a los escalones integrados en la escotilla del camarote. Se echa en falta en proa un solarium que se puede solicitar como opcional. El molinete eléctrico, en la misma cubierta, se puede activar desde la consola de mando o desde el puesto del molinete.

Interior

Bajo la cubierta, un camarote amplio permite el descanso de dos o tres personas. Varias claraboyas, tragaluces y portillos se ocupan de aportar luz natural y ventilación a la estancia. Probablemente uno de los detalles más curiosos de la Bayliner 742 Cuddy se encuentra en el camarote. Se trata del inodoro, que queda estibado bajo la cubierta, contando con unas guías que lo colocan en su posición de uso.